lunes, 3 de diciembre de 2012

Cadena de deliverys

Hace años comencé un camino que cambió mi vida, la verdad que nunca imaginé que iba a terminar de esta manera, pero estoy contento y no me quejo. Para nada porque me va bien, no fue lo que elegí desde un principio ni tampoco lo que deseaba hacer, pero a veces la vida lo va llevando a uno por caminos que nunca había creído que podría tomar en futuro. Y tal es así que la vida está tan llena de variantes que es muy difícil elegir un camino y una línea recta para continuar. Yo era un joven de bajos recursos y decidí estudiar una carrera terciaria, pues no creía poder terminar una carrera universitaria con el ritmo de vida que llevaba y el poco dinero con el que contaba. Eso es algo que no se tiene en cuenta. La universidad pública puede ser gratuita pero de ningún modo está pensada para que los pobres estudien. Los pobres, rara vez llegan a estudiar. A mí siempre me gustó cocinar y tres años después de haberme recibido de la secundaria terminé mi carrera de chef. Mis padres no me apoyaron para nada, no por maldad, estaban acostumbrados a que la vida era de otra manera, que yo debía seguir la profesión de mi papá y deslomarme como burro por un sueldo que a fin de mes no alcanzaba luego para nada. Jamás me hallé en el ámbito de los grandes restaurantes, y luego de sufrir mucho, habiendo trabajado ahí, comencé a cocinar y a vender por mi cuenta. No me quejo, pues lo que aprendí allí me fue de mucha utilidad. Comencé a darme cuenta de cómo poder plantear mi propio negocio. Tal es así que hoy tengo mi propia cadena de delivery y ciertamente me va muy bien. Claro, ya no cocino, pues me dedico a administrar.